Encuentra salud a través del sonido de los cuencos tibetanos
Los Cuencos Tibetanos, tienen una antigüedad aproximada de 3000 años, son originarios de la cultura Pre Budista.

Antiguamente, los cuencos tibetanos eran un tema tabú, los monjes mantuvieron durante años en secreto de la creación y forma de hacerlos sonar, cuando les preguntaban decían que eran recipientes para comer. Siempre hubo cuencos tibetanos en los templos budistas, pero en comparación con otros instrumentos, no hay demasiado escrito sobre ellos. Los monjes tenían mucho interés en que las propiedades beneficiosas de los cuencos se mantuvieran en secreto.
La expansión a occidente fue gracias al movimiento hippie, que llevo a muchas personas a viajar a oriente a países como India y Nepal que compraban los cuencos , esto fue en los años sesenta. A España llegaron sobre los años 80. Actualmente son muy conocidos y se utilizan con muchas finalidades, tales como relajación, masajes, música, en Reiki y en todo tipo de terapias alternativas en la apertura y equilibrio de los Chakras. La conexión entre cuerpo físico y espiritual, en medicina vibracional y en terapias holísticas.
El ritual de elaboración.
Los cuencos tibetanos se elaboran artesanalmente, con la aleación de entre 5, 7 ó 9 metales, cada metal simboliza un cuerpo celeste: El oro el Sol, la plata la luna, el mercurio el planeta mercurio, el hierro Marte, el plomo Saturno, el estaño Júpiter y el cobre Venus. Pero del Tíbet queda su nombre, misticismo y forma de manufacturación, ya que la mayoría de los cuencos son fabricados principalmente en Nepal e India.
Fabricar los cuencos tiene un proceso totalmente ritual. Suelen hacerse cuencos de diferentes tamaños. Desde la fundición de la aleación metálica, hasta la limpieza y pulido interior y exterior sin olvidarse del grabado y pintado dependiendo si es ornamental o solamente sonoro, de la ritualización se encarga el maestro que lo percute una vez terminado.
El poder de sanación
Los lamas del Tíbet usaban los cuencos desde hace siglos para curar enfermedades del cuerpo y la mente. Además, son utilizados para producir un profundo bienestar, relajación y meditación. Se cree que el sonido de los cuencos a través de las vibraciones restablece el equilibrio entre cuerpo físico, el “yo” emocional y el energético en nuestro organismo.
El poder de sus sonidos es descrito como sanadores por la conciencia e intención con que son elaborados. La leyenda, en ese aspecto, dice también que eran forjados en profundos estados meditativos, de ahí nacería su uso en ritos ceremoniales, despertar de la conciencia y posteriormente, en la curación de desequilibrios a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Apelbaum, terapeuta en sonoterapia, asegura que su especial sonido armoniza y equilibra el sistema nervioso, logrando disminuir y aliviar niveles de estrés alto e hipertensión. También sanarían procesos de angustia, depresión, miedo, problemas de insomnio, concentración y en especial, se recomienda a personas muy mentales para conectarse con sus sentimientos y a quienes son hipersensibles, para comprender sus procesos personales y anímicos. Además, el experto asegura que, mejora y alivia trastornos a nivel de articulaciones y huesos. El arte de percutir los cuencos
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